SANTO DOMINGO DE GUZMÁN: RADIOGRAFÍA DE UN HOMBRE MOVIDO POR DIOS.
1. ORACIÓN ININTERRUPIDA: Cuando se lee las fuentes primitivas de la historia de Santo Domingo de Guzmán, la imagen que se impone ante todo, es la de un hombre de oración intensa e incesante. El ora en todas partes. Guardaba silencio en el camino, pero sobretodo en la soledad nocturna de la capilla se entrega de lleno a su vocación de oración. Tiene la costumbre de pasar en ella la noche, hasta el punto que se decía que no tenía celda ni techo personal, vencido por el sueño, reclinaba la cabeza sobre las gradas del altar, luego vuelve a continuar su oración.
El fruto de la contemplación lo llevaba en la predicación para hablar de Dios a los hombres, por eso una de las características de santo Domingo era “Hablaba con Dios o de Dios.”
2. ANHELO DE LA SALVACIÓN DE TODOS: según el testimonio de Jordán: había en su corazón una ambición sorprendente, casi increíble, por la salvación de los hombres. Así pues, la Orden de Predicadores, fundada por Santo Domingo, “se sabe que fue especialmente instituida desde el principio para la predicación y la salvación de las almas”. Por lo cual, nuestros frailes de acuerdo con lo ordenado por el fundador, “compórtense en todas partes honesta y religiosamente, como quienes desean conseguir su propia salvación y la de los demás; y sigan, como varones evangélicos, las huellas del Salvador, hablando con Dios o de Dios en su propio interior o al prójimo” (constitución fundamental)
3. ARDIENTE CELO POR LA SANTIDAD DE CADA UNO: Domingo no se contenta con tratar a los hombres ni siquiera con convertirlos: sustenta y educa.
4. VOLUNTAD DE COMUNIÓN FRATERNA: el beato Jordán de Sajonia testimonia de Domingo: “… y como el corazón alegre alegra el semblante, el sereno equilibrio del hombre interior, aparecía hacia fuera en la manifestación de su bondad y en la placidez de su rostro… por todo esto, se atraía con facilidad el amor de todos; apenas le veían, se introducían sin dificultad en su corazón. Dondequiera que se encontrara, de viaje con los compañeros, en alguna casa con el hospedero y demás familia, entre la gente noble, príncipes y prelados, le veían en abundancia palabras edificantes y multiplicaba los ejemplos con los que orientaba el ánimo de los oyentes al amor de Cristo y al desprecio del mundo. En su hablar y actuar se mostraba siempre como un hombre evangélico. Durante el día, nadie más afable con los frailes o compañeros de viaje; nadie más alegre. Durante la noche, nadie más perseverante en velar en oración”.
5. ÍNTIMA UNIÓN CON LA IGLESIA JERÁRQUICA: Es clérigo, es un hombre de Iglesia. El papa Honorio III expresó el ideal de la Orden escribiendo a Domingo y a sus frailes estas palabras: “Aquel que incesantemente fecunda la Iglesia con nuevos hijos, queriendo asemejar los tiempos actuales a los primitivos y propagar la fe católica, os inspiró el piadoso deseo de abrazar la pobreza y profesar
la vida regular para consagraros a la predicación de la palabra de Dios, propagando por el mundo el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (de la constitución fundamental)
6. INSPIRACIÓN EVANGÉLICA: Búsqueda de Dios en una oración alimentada con las Escrituras, leía y meditaba las cartas de san Pablo y el Evangelio de Mateo; testimonia Gregorio IX con ocasión de la canonización: “en él ha conocido un hombre que observaba en su totalidad la regla de los Apóstoles, y no dudo que está asociado a ellos en el cielo”.