Cuentos Cristianos

Dominicanismo

PRINCIPIOS DOMINICANOS DE LA EDUCACIÓN


Principio del hombre cristiano que orienta la vida hacia:

- El conocimiento de Dios por la fe.
- Esperar la plenitud de su ser en la vida eterna.
- Proyectar su vida a Dios a través de la caridad con el prójimo.
- La prudencia, pues su visión de la realidad sólo depende de la verdad.
- El obrar con justicia.
- La fortaleza.
- Una actitud reguladora de las pasiones.

Principio de comunidad: Concebido como convivir en común unión, permitiendo el crecimiento personal. Es el resultado de las relaciones interpersonales; es el nosotros de las relaciones de alteridad (alter = el otro) donde cada uno se comunica y dialoga con el otro, pero a la vez lo concibe como diferente (singular y original) y como análogo o semejante.

Principio de sociabilidad: Entendido como un proceso de interacción y personalización para la comunicación entre personas, donde cada uno se convierte para el otro en un hermano y amigo. Si el espíritu comunitario penetrara en la humanidad, se mejoraría hoy lo que sucede en las pequeñas sociedades y lo que se observa a gran escala en la comunidad mundial. Aprender a asumir los problemas mundiales como propios es un imperativo de la nueva conciencia ética y de supervivencia.

Principio del bien común: Interpretado como el valor común que cobran los bienes materiales y espirituales dentro de una comunidad. El hombre sólo se realiza en comunidad y el bien común es su patrimonio; por lo tanto, la comunidad educativa debe formar en la vivencia de este principio, de tal manera que se aprenda a priorizar la conveniencia y comodidad general sobre la individual o personal.

Principio de justicia y opción por el pobre: Consiste en dar a cada uno lo suyo. Tomás de Aquino plantea tres tipos de justicia: General, Distributiva y la Conmutativa. La primera, hace referencia al establecimiento de normas, leyes y condiciones justas para convivir en sociedad. La segunda, se proyecta a que los hombres no concentren en unos pocos los bienes y riquezas sino que éstas se distribuyan equitativamente, de tal manera, que lleven a alcanzar el bien común. La tercera permite que cada persona interactúe en condiciones favorables dentro de su comunidad, obteniendo los bienes y servicios para satisfacer las necesidades y vivir dignamente.

Principio de alteridad intersexual: Reconoce y dignifica la singularidad de las personas, resaltando el papel de la mujer, simbolizado en la figura de la Virgen María.

Principio de personalización: Valora las dimensiones fundamentales de la persona: la naturaleza o condición humana y sus rasgos singulares.

Principio de libertad: En la concepción dominicana, la libertad no es absoluta; está condicionada por los límites del bien común y la capacidad de cada persona para su perfeccionamiento. Es una libertad convivencial que implica autonomía, responsabilidad y poder de libre expresión. La libertad no es un don de la autoridad, no es una concesión institucional, sino una conquista individual y social en la medida en que va interiorizando los imperativos del bien común. La libertad se va formando según la capacidad de opción responsable que la persona va logrando.

Principio de democracia: El hombre es un ser político y naturalmente creado para convivir en sociedad. La persona, en virtud de su autonomía y como portadora de derechos y deberes está encaminada a la sociedad, a la búsqueda y consecución del bien común y del desarrollo personal. La comunidad dominicana defiende la dignidad humana permitiendo la participación y el libre ejercicio de los deberes y derechos de cada persona.

Principio de colegialidad y cogestión: Práctica dominicana donde la máxima autoridad de la orden no es individual sino colegiada, lo que significa que las decisiones sociales obedecen a un consenso comunitario. El colegio busca formar estudiantes que puedan dialogar y llegar a la concertación.

Principio de corresponsabilidad: Por ser el hombre un ser social, la responsabilidad es compartida por todos y por cada uno, fortaleciendo de este modo la convivencia personal y comunitaria. Lo que a todos afecta, por todos debe ser tratado y decidido.

Principio de enseñanza total: Tomás de Aquino define la educación como “conducción y promoción progresiva de la prole hasta el estado perfecto del hombre en cuanto hombre”, que es su estado de virtud. Promover significa aquí mover hacia delante, es decir, un proceso de crecimiento bioquímico, intelectual, emocional y social que permite a los seres humanos ir superando su estado de imperfección.

En este propósito, el maestro es un excitante del entendimiento, a fin de que en el discípulo se desarrolle el pensamiento y el conocimiento. En esta tarea, él se constituye en el motor esencial, puesto que orienta al estudiante del saber potencial al nivel de los conocimientos más complejos y universales. En la enseñanza, se busca que las personas adquieran un conocimiento holístico, es decir, de la totalidad del universo, de la vida y del hombre. Al mismo tiempo, la educación dominicana tiene como fin desarrollar integralmente a los estudiantes. En tal propósito, el maestro enseña con todo su ser y con la experiencia adquirida a lo largo de su vida.

Principio de eutrapelia: La vida académica puede generar tensión (estrés) y expresarse en incomunicación. La eutrapelia es una virtud de la comunicación y de la convivencia afable; pide juego, distracción, optimismo festivo para romper las tensiones comunitarias. En el ejercicio educativo, la institución promueve una pedagogía lúdica.

Principio de atracción y persuasión: Actitud de apertura y acogimiento a los demás como seres singulares. Se basa en el respeto de la diversidad humana, involucrando a las personas en el proyecto de la comunidad permitiéndoles a cada una ser sí misma.

Principio de amor pedagógico: Valora la interacción pedagógica a través del amor a la dignidad y perfeccionamiento del discípulo; a la benevolencia frente a las dificultades, perseverancia frente a los retos y credibilidad en la capacidad del otro para progresar.

Principio de circunstanciación: Involucra los diversos contextos en los que aprende cada persona en el momento de su formación. Exige a la institución, al maestro, a los padres de familia y a los mismos estudiantes que conozcan la dinámica de la sociedad y del mundo, para resignificar la vida de cada uno.

Principios de estudiosidad-sabiduría: “El estudio es una aplicación intensa de la mente a algo, y la mente no puede aplicarse a algo sino conociéndolo”. En su sentido pleno, requiere, de quien se dedica a él, un gran amor por el saber, altos estados de concentración, exigencia, y creatividad. La verdad que se conoce y la sabiduría que se alcanza con la estudiosidad deben traducirse en orientación práctica para la vida.

Principio de la formación del juicio: La razón y el entendimiento se constituyen en la conciencia del hombre y lo facultan para emitir juicios respecto a la verdad del mundo y lo relacionado con su vida moral. Este principio está dirigido a formar la razonabilidad humana, el comportamiento ético en el hombre, lo mismo que lo justo y prudente en la vida social.

Principio de cientificidad: El espíritu científico es uno de los componentes significativos de la formación dominicana. El estudio y la utilización de métodos rigurosos, por ejemplo, el método investigativo-expositivo dado por el Maestro Tomás de Aquino, son fundamentales para comprender el mundo y la vida humana, puesto que promueven en el estudiante la inteligencia, la voluntad, la curiosidad, la creatividad y la acción.

Principio de creatividad: La creatividad es uno de los principios que determina, de manera significativa, la organización y el cambio de la vida. Es un proceso convergente-divergente de: reflexión, afectividad, imaginación, intuición y novedad. La creatividad es uno de los procesos más complejos de todos los conocidos hasta hoy. A través de ella podemos ver el gran entramado de la vida; podemos percibir que los problemas tienen más de una solución y una diversidad en la forma de solución.

Principio de utilidad: Las personas formadas desde los principios dominicanos han de ser servidores de su comunidad. Su profesión y contexto han de servirle para proyectarse a la comunidad ayudando a darle solución a las necesidades que ésta presenta. Este principio busca que los estudiantes aprendan a ser solidarios y a compartir.

REZO POR TI